El doctor Bremón inventa una poción para vivir eternamente y poder así resolver los problemas que tienen Ricardo, Valentina, su novia Hortensia y él mismo, pero no resulta tan magnífico como todos esperaban. La vida eterna en muy aburrida. Para poner remedio a esta situación Bremón crea otro bebedizo con el cual irán descumpliendo años, pero nada es perfecto...
Ricardo.-Hasta el fin... ¿Hasta el fin? Si para nosotros el fin no existe...
Valentina.-Si hubiéramos podido presumir que íbamos a llegar a esto...
Ricardo.-Sí; si hubiéramos podido presumirlo...
Valentina.-(Acercándose a él y apoyándose en su hombro.) Pero nos queríamos mucho...
Ricardo.-¡Mucho!...
Valentina.-¿Y qué enamorados no hubieran recibido con júbilo una cosa que les permitía prolongar el amor años y años, infinitamente? ¿No recuerdas la emoción y la alegría con que aquella tarde, al tomarnos las sales, me dijiste: "¡Es la primera vez que un enamorado puede preguntar con razón si le van a querer siempre!"? (Pág. 148).